Un año y seis meses tuvo que esperar la familia de Rosa Díaz para encontrar justicia. Un año y medio en el que además del dolor por la pérdida de la señora Rosa, debieron enfrentar la incertidumbre de un proceso judicial enredado y un responsable que parecía reírse en la cara de la familia.
El 30 de enero de 2016 Rosa Díaz, de 83 años, iba cruzando por un paso habilitado en Avenida Matta, cerro Los Placeres, Valparaíso. Un auto se había detenido para dejarla pasar, pero antes de llegar al otro lado, un automovilista la arrolló. A pesar de su declaración, cámaras de seguridad de la zona confirmaron que el conductor, Bernardo Pérez, se bajó del auto a ver lo que había ocurrido, pero ignoró las malas condiciones en las que se encontraba Rosa que yacía tirada en el suelo, conciente, con múltiples fracturas gravísimas.
Rosa murió 12 horas después del atropello. El conductor se fue a entregar varios días después a Carabineros. Y a pesar de que había matado a una persona, los primeros meses Pérez estuvo libre, sin la medida cautelar de prisión preventiva.
Desde el inicio la causa fue acompañada y contó con la asesoría legal de la Fundación Emilia. En agosto del año pasado, después de muchas batallas, se logró que formalizaran a Pérez por atropello con causa de muerte y por huir del lugar del accidente sin dar cuenta a la autoridad o prestar ayuda a la víctima. Le dieron firma quincenal y arraigo nacional. Posteriormente vino el ansiado juicio oral, y Pérez fue condenado a cuatro años de presidio menor en su grado máximo con pena efectiva durante el primer año de condena.
Fue el Director legal de Fundación Emilia, Marco Lillo, quien representó ad honorem a la familia de la Sra. Rosa en el Tribunal Oral en lo Penal de Valparaíso. Fue ahí donde se consiguió un logro importante para la causa. Incluso se recurrió por parte de la defensa al Tribunal Constitucional, recurso que fue declarado inadmisible por dicho Tribunal.
Este lunes fue rechazada la petición de nulidad que había hecho la defensa de Pérez, tanto de la sentencia del juicio, como del juicio oral del que emanó esa sentencia. De esta forma el Tribunal Oral en lo Penal de Valparaíso dictó el cúmplase de la condena a Bernardo Eduardo Pérez Páez, como autor del delito de incumplimiento de la obligación de detener la marcha, prestar ayuda posible y dar cuenta a la autoridad, con resultado de muerte de Rosa Díaz Lizama.
Cabe destacar que Pérez fue procesado bajo la Ley Emilia, una ley ciudadana que desde su puesta en marcha, ha logrado reducir en un 30% las muertes por conductores con alcohol. Además esta sentencia es particularmente importante para la causa de la Fundación, porque reconoce completamente el delito de la fuga en forma independiente de la necesidad de probar el estado de ebriedad.