El 6 de septiembre del año 2015, Juan Cubillos (29 años) murió a causa de un choque vehicular en la localidad de San Fernando. Tanto él como la persona que conducían iban en estado de ebriedad, por lo que su caso es polémico y no exento de problemas y ante lo cual, como Fundación Emilia, nos abocaremos a exigir el cumplimiento y aplicación de la Ley Emilia por la justicia.
Su familia ha debido enfrentar el cambio de fiscal en cuatro oportunidades además del poco criterio de profesionales quienes incluso le han señalado que no se aplicará la Ley Emilia en su caso y que no vale la pena continuar el juicio, aconsejándole tomar una demanda civil para recibir una indemnización de $2.000.000.
Carolay, única hermana de Juan, nos relata su historia.
«En primera instancia, nos pusieron a cargo del caso a Marcelo Duque quien nos recibió muy amablemente a mi mamá y a mí y él nos explicó que esta persona iba a ser juzgada bajo la Ley Emilia por su ebriedad, por matar a mi hermano, pero que como Juan también iba ebrio, iba a recibir la pena mínima, o sea, un año de presidio efectivo.
Cuando pedimos una copia de la carpeta investigativa, el Sr. Duque cambió y se puso todo más engorroso, porque no nos querían dar hora de atención y hasta nos cambiaron a los fiscales sin avisarnos. Llegábamos a hacer trámites con mi mamá y ahí nos enterábamos. Todo eso nos desmotivó mucho, nos hacía dudar de la justicia.
Ahora llegamos al Señor Lucio Ugas que trató con mucho desdén a mi mamá diciéndole que para qué queríamos que esta persona lo tomaran preso si mi hermano ya estaba muerto. Este fiscal le dijo que no se aplicaría la Ley Emilia, pero no dio ninguna razón y por eso nosotros buscamos a la Fundación Emilia porque me parece irrisorio lo que está pasando.
Ugas le dijo a mi mamá que solamente pedirían 5 años de libertad vigilada porque había salido una nueva ley y se lo mostró en un folleto que estoy segura que ni se había leído bien. También le dijo que si quería plata, entonces que pusiera una demanda civil y le sacaría 1 o 2 millones, que eso era lo más que podía aspirar, pero él no entiende que lo que buscamos no es plata, porque eso no da consuelo.
El fiscal nos dijo que nadie había obligado a mi hermano a subirse a un auto que manejaba una persona ebria y eso es verdad, pero no le quita responsabilidad al que conducía.
Mi mamá y mi papá son personas de campo, pero eso no significa que les puedan meter el dedo en la boca respecto a algo tan importante. He intentado estudiar harto por mi cuenta sobre esta ley y me he dado cuenta que es él quien está equivocado y que quiere dejarnos sin justicia.
Este tipo que iba manejando pagó $100.000 y lo dejaron libre al inicio del juicio con la fianza, más firma quincenal y licencia de conducir provisoria porque su trabajo lo hace manejando y eso me molesta porque creo que es un doble golpe para nuestra familia.
Este 18 de abril veremos si se llega a juicio abreviado, pero eso tampoco sabíamos porque como víctimas nadie nos avisó ni preguntó si estábamos de acuerdo o no y se supone que es lo mínimo que se espera.
Es cierto que mi hermano ya está muerto y que no podrá ver si se hizo justicia o no con su muerte, pero ¿qué pasa si este tipo queda libre y lo vuelve a hacer? Yo no le doy a nadie el dolor que se siente de perder a alguien que uno ama sin tener ni el derecho a despedirse.
Para nuestra familia todo esto fue muy fuerte, mis primos recién están retomando lo que es salir a carretear, pero ahora lo vemos de manera distinta, ahora nos cuidamos y hay más responsabilidad, tenemos más comunicación y siempre estamos aconsejándonos para que no ocurra otra desgracia. Eso es lo que nos pasó, fue lo único bueno que se rescata de todo esto, las lecciones y el mea culpa.»
Macarena Benítez Espinoza
Periodista
Fundación Emilia Silva Figueroa, Víctimas de Accidentes