Familia de víctima de atropello pide que conducir a exceso de velocidad sea considerado delito

16/03/17

El 5 de septiembre de 2016 la vida dio un doloroso giro para Cristina. Su hija Pía de 12 años, que había ido a comprar materiales para un trabajo del colegio junto a su padrastro, fue atropellada por un camión mientras esperaban la luz verde para cruzar, falleciendo horas más tarde.

En medio del dolor, esta madre y su familia han comenzado una verdadera cruzada para exigir justicia, sobre todo porque en su caso, el victimario no conducía con alcohol en la sangre, lo que se considera un cuasidelito de homicidio con lesiones graves, traduciéndose en una condena de 3 años y un día “que seguramente terminará en firma mensual”, señala Cristina, quien se resiste a una condena tan baja para una persona que le arrebató la vida de su hija.

Pese a que la familia de Pía está siendo apoyada por la unidad de víctimas del Ministerio del Interior, por la Fiscalía y por la Fundación Emilia, aún así Cristina se siente confundida “No sabemos cómo enfrentar la situación actual”, señala. Y es que el mayor temor de Cristina es la impunidad: “desde el día uno estuvo libre. No lo detuvieron. No le quitaron los documentos. Sólo lo formalizaron y le dieron arraigo nacional. Creemos que no lo van a procesar por la muerte de una persona sino por conducción desatenta”, denuncia.

Actualmente el caso se encuentra en proceso de investigación que en un principio era de 120 días, situación que la familia de Pía logró aplazarla gracias a que junto a unos amigos pudieron ubicar a testigos del siniestro. Los mismos que han contribuido a dar visibilidad al caso, evitando que caiga en el olvido. “Nos reunimos todos los jueves en la esquina de calle Sargento Silva con Ramón Munita, donde se produjo el atropello y encendemos velas, ponemos globos y exhibimos pancartas exigiendo justicia para Pía”, cuenta Cristina.

Durante esas jornadas recordando a Pía, su familia y amigos reciben el apoyo de los transeúntes que se unen a la causa, sin embargo en forma paralela otros conductores transitan a exceso de velocidad, sin siquiera sensibilizarse por la situación. “Si te paras las dos horas que nos paramos los jueves, nos permite ver la irresponsabilidad que tiene la mayoría de los conductores en esa esquina. Hemos sido testigos de casi choques múltiples y atropellos”.

Y es por esto que Cristina y su familia no claudicarán. Seguirán reuniéndose en esa fatídica esquina, exigiendo justicia y alertando a las personas sobre las consecuencias de una conducta vial irresponsable que no sólo tiene que ver con la conducción con alcohol, sino mucho más allá “para nosotros, el exceso de velocidad debiera sancionarse como un delito y queremos que hoy día podamos generar cambios en la ley en ese sentido y también considerando que la conducción desatenta sea considerada también como un delito”, concluye.

 


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