Miércoles 11 de Septiembre:- La escasez de familias de acogida en Chile es una temática que atrae cada vez mas la atención, y es positivo que sea así, porque debe convertirse en una discusión abierta como sociedad en pos del beneficio de la realidad de la infancia de nuestro país. En el país, hay decenas de miles de niños que necesitan ser colocados para su crianza en un hogar seguro, amoroso y cálido debido a una serie de factores y contextos diversos s a nivel social, pero desafortunadamente hay muy pocas familias de acogida inscritas en el Servicio Nacional de Protección especializada a la Niñez y Adolescencia.
La falta de familias de acogida tiene un impacto en la vida de las niñeces quienes pueden enfrentar dificultades emocionales y de desarrollo al crecer en instituciones y no en entornos familiares. Además, la falta de atención individualizada y el amor incondicional que puede proporcionar una familia puede repercutir en su bienestar a niveles generales.
Por otro lado, tenemos la violencia vial, la cual es uno de los fenómenos que más preocupa actualmente en nuestro país. Cada año, muchas vidas se pierden debido a siniestros viales y los más jóvenes son siempre los más afectados. En algunos casos, estos eventos dejan a niños y jóvenes sin padres y, a partir de entonces, nadie está seguro de quién tiene la responsabilidad de protegerlos y educarlos.
La violencia vial causa traumas profundos en las víctimas, dejándolas con secuelas físicas y emocionales difíciles de superar. Muchos de estos niños y jóvenes necesitan un ambiente seguro y amoroso donde puedan reconstruir sus vidas y tener la oportunidad de un futuro mejor.
Sin embargo, la falta de familias de acogida disponibles dificulta la posibilidad de brindarles ese apoyo tan necesario. Muchas veces, estos niños terminan en instituciones o en situaciones de riesgo, sin tener acceso a la estabilidad y el cariño que necesitan para sanar.
Es fundamental que el Estado y la sociedad en su conjunto tomen conciencia de la importancia de las familias de acogida y promuevan su participación en este proceso. Es necesario implementar políticas y programas que fomenten la adopción y la acogida familiar, brindando apoyo económico y emocional a aquellos que decidan abrir sus hogares a estos niños vulnerables.
Es responsabilidad de todos trabajar juntos para asegurar y garantizar que las niñeces en Chile tengan la oportunidad de crecer en un entorno seguro y amoroso.
Es importante también reconocer que convertirse en una familia de acogida no es una tarea fácil. Requiere dedicación, compromiso y recursos para brindar un entorno seguro y afectuoso. Sin embargo, también es una oportunidad para marcar una diferencia en la vida de un niño, niña o lactante, brindándoles una segunda oportunidad y la posibilidad de crecer en un ambiente estable.