El 3 de abril de 2016, la vida de Abigail Troncoso dio un vuelco que no ha superado hasta hoy. El auto en el que viajaba (y que conducía su tía Edith Troncoso) fue impactado por un chófer que conducía a 180 Km/hr y 1,8° de alcohol en la sangre.
Además de las cinco personas que iban en el auto, Abigail llevaba a su hijo Ezaí en brazos. Como consecuencia del impacto, Ezaí de siete meses en ese entonces, quedó con un 67% de discapacidad en su cuerpo.
«Estuve en shock el año completo», dice Abigail, «ahora recién me vino a dar crisis de pánico y se hizo necesario ver a una sicóloga. En su momento yo no medí la magnitud de lo que estaba pasando: coma inducido, máquinas, UCI con mi niño de siete meses. El doctor nos dijo prácticamente que nos despidiéramos de él”.
Ha pasado un año dos meses del hecho y Abigail aún está luchando por justicia. Se espera que por estos días se realice una audiencia para revisar las medidas cautelares del responsable del hecho, pero el abogado de Abigail, Gino Pinto, reconoce que el caso es complejo «Al no haber muerte siempre estamos en la normativa de la Ley del Tránsito. Centrándonos solamente en el menor, si califican sus heridas como gravísimas estaríamos en rango de una condena de 5 años. El acusado tiene atenuantes que podría ser irrepochable conducta anterior y el Tribunal podría remover la pena. Pero el acusado tiene una pena por hurto del 2013 y eso haría que perdiera la irreprochable conducta anterior. Ahí estaríamos en condiciones de pedir la pena más alta y la inhabilitación perpetua para licencia de conducir. Ese sería el mejor escenario”.
El imputado estuvo por 24 hrs con arresto domiciliario total. Luego pasó a arresto nocturno, y eso es algo a lo que Abigail no se resigna: “Él sale a bautizos, sale a jugar a la pelota, mientras mi hijo tiene una discapacidad de un 67%”.
Aparte de las dificultades que ha enfrentado con la justicia, Abigail está indignada: “siempre esperé que esta persona se acercara a decirnos algo o a preguntar si necesitábamos algo, pero nunca lo hizo”.
En relación a la situación judicial Abigail es optimista: “No me he puesto a pensar en que nos va a ir mal. En todo momento he pensado que va a quedar preso y mínimo lo que yo espero son cinco años de cárcel para él. Mi hijo era sano, pero él lo dejó discapacitado. Le cambió la vida por completo”.
Su abogado es más cauto: “creemos que por el solo hecho de venir conduciendo en estado de ebriedad le corresponde la responsabilidad. Estamos a la espera un informe definitivo y final de las lesiones de Ezaí, su evolución, su estado actual y pronóstico a futuro. Más allá de las penas queremos que sea culpable porque eso permite engendrar la demanda civil”.
Abigail por su parte, reflexiona sobre las condenas que deberían tener las personas que conducen ebrios y provocan daños a terceros: “no darle tanta vueltas y que queden presos de inmediato, aunque sea con un poco de alcohol. Cuando tomas sabes que puedes chocar, morir o provocar daños como me provocaron a mi hijo y a mí”.
Abigail es enfática en señalar “no porque Ezaí no haya muerto la ley tiene que ser más blanda. No me gustaría que solo le quitaran la licencia. Yo solo necesito que no esté en la calle”.